¬ Seguir el evangelio de Cristo. (Proverbios 22:6).
¬ Orientar la acción pedagógica en la exaltación de los valores de la persona humana. Concebir la institución familiar como base formativa primaria del respeto, la comprensión y el amor por los semejantes.
¬ Promover y facilitar el desarrollo espiritual, intelectual, moral, físico y artístico. La autonomía: ser capaces de tomar nuestras propias decisiones y de afrontar las consecuencias que de ellas se deriven generando independencia del ser y hacer.
¬ Actitud positiva ante diferentes actos de vida, buscando resaltar los valores convirtiendo las debilidades en verdaderas fortalezas y actitud de cambio, basada en el respeto para los demás.
¬ La singularidad, la asumimos como seres únicos e irrepetibles, cada uno con un propio “proyecto de vida”, con intereses, capacidades, potencialidades y necesidades diferentes.
¬ Apertura, tener la capacidad de servicio necesaria que nos ayude a integrarnos generosamente con la sociedad.
¬ Trascendencia, es el proceso continuo en que vive el hombre, y que lo impulsa siempre a ir más lejos y le obliga a defenderse, a liberarse, a transformarse y a lograr la conquista de sí mismo en su trascender.